Esta población, hace
parte de las 52 comunidades indígenas y afrodescendientes, asentadas a lo largo
del río San Juan en límites del Valle y Chocó.
Casas
a medio construir, unas de dos plantas en donde se observa todo su interior,
unas en madera sin ventanas y una sola puerta y todas levantadas unos dos
metros del piso sobre pilones, para evitar que ingrese el agua cuando se crece
el río San Juan, es lo que se observa al ingresar al resguardo indígena Unión
Balsalito, localizado frente a la cabecera municipal de Docordó en límites
entre los departamento de Valle y Chocó.
Para
recorrer esta población asentada desde 1975 sobre la ribera del río San Juan,
cuyas aguas le sirven a sus 800 habitantes para lavar sus ropas, se recorre en
improvisadas calles fangosas, que en ciertos tramos se dividen por un muro de
cemento, como si se trataran de “policías acostados”, que en el interior de
Colombia se construyen para reducir la velocidad de los vehículos.
Esta
población, a la que llegamos navegando en el ARC Bahía Málaga de la Armada
Nacional, hace parte de las 52 comunidades indígenas y afro descendientes,
asentadas a lo largo del río San Juan en límites del Valle y Chocó.
Unión
Balsalito, fundada hace 43 años por cinco familias, cuenta en la actualidad con
185 familias (855 habitantes), quienes viven del corte de madera, la
agricultura y la pesca.
Estos
indígenas se dedican a la siembre de banano, plátano, yuca, maíz, tomate y
pepino para consumo diario, así como la pesca de Gualajo, Ñato y Eliza.
En
el resguardo Unión Balsalito, a 20 minutos en lancha rápida de la desembocadura
del brazo derecho del San Juan, en el Océano Pacífico, a los niños indígenas se
les enseña desde a orar al Dios supremo Wuandan, para que los proteja en el
estudio y en las actividades diarias.
A
las mujeres de esta comunidad, se les enseña trabajar los materiales con los
cuales conviven en esta selva húmeda tropical, la cual tiene una alta humedad y
una excesiva pluviosidad, configurándolo como uno de los puntos con mayor
biodiversidad del mundo.

Los
Wounaan se muestran orgullosos de mostrar las danzas propias que les dejaron su
Dios Wuandan y que aún conservan, como la Mariposa, el Hombre Guerrero,
Cangrejos, Tijeretas, Aves y el Guatín.