
La situación se complica porque en el lugar no existe la presencia
de maquinaria pesada que pueda dar lugar a la remoción de miles de metros
cúbicos que han rodado por la pendiente y que hoy mantienen en alerta a los
habitantes ante el represamiento de las vertientes hídricas que están en el
sector.
A lo anterior se suma que la comunidad indígena del sector
denominado el 90, tomó la determinación de cerrar el carreteable en una
protesta que hasta el momento no tiene puntos claros de la misma porque se
desconoce si es por incumplimiento a los acuerdos pactados en una protesta
anterior o si se trata de una nueva reclamación ante el pésimo estado en que se
encuentra la vía.